7.01.2010

Capítulo 6

A los 6 años, Agustín empezó a jugar al fútbol en su club de barrio, el “Club Amigos de Lanús”. El club era muy familiar, tanto, que en los días de partido casi todas las familias del barrio iban a alentar a sus jugadores.

Era una tarde más en las que todas las divisiones del Club jugarían contra el Club Atlético Lanús, pero desde temprano se cuchicheaba en los rincones que dos veedores de Lanús iban a ir a ver a un jugador de “los amigos”, tal como se lo llamaba al club cariñosamente.

Ya desde temprano, todas las familias se encontraban en el club comiendo y divirtiéndose, pero todas sentían un orgullo enorme de saber que uno de los suyos era requerido nada menos que por Lanús.

Transcurridos ya tres partidos, era el turno que la división de Agustín jugase. De pronto, dos hombres vestidos de traje se sentaron en una de las gradas del costado para ver el partido.

Como era habitual, Agustín se despachó con 5 goles para su equipo, pero al enfrentar al poderoso Lanús, “los amigos” perdieron 10 a 5. Más allá del resultado los aplausos para los chicos bajaron desde los cuatro costados de la cancha, y todo sucedía como siempre.

 De repente, los veedores se le acercaron a Agustín y le dijeron:

_“Pibe, ¿querés jugar en las divisiones inferiores de Lanús?”.

Agustín se quedó inmóvil, no podía creer lo que le habían dicho. Su sueño de jugar en primera parecía hacerse realidad.

 Rápidamente apareció el padre de Agustín, quién le ordenó que vaya a cambiarse al vestuario.

 Ya bañado y cambiado, Agus volvió al hall del club a hablar con su papá, no podía quedarse tranquilo después de semejante oportunidad. Para colmo sus compañeros estaban tan contentos como lo estaba él. Todo parecía un sueño.

 Ya en el hall, Agustín encontró a su papa. Por decisión del padre ambos se fueron a caminar solos y tranquilos. Parecía que algo importante pasaba, ya que cuando Agus salía a caminar con su padre, siempre algo significativo ocurría.

 Esta vez los dos se sentaron en la casa que estaba en la esquina del club. Su papá lo abrazó rodeándole el hombro y le dijo:

 _“Agus, quieren que juegues en las inferiores de Lanús. Quieren hacerte un contrato y que seas jugador del club”. A punto de ser interrumpido por el sí de Agus el padre retomó.

 _“Para un poco. Yo sé que es tu sueño pero para aceptar tengo una condición. Prométeme que vas a estudiar más de lo que venís haciendo, y si yo me entero que desaprobás una materia te saco de Lanús y se terminó todo”, imponentemente le dijo su papá.

_“Te lo prometo pá, te lo prometo”, le respondió Agus.

_“Bueno, entonces vamos para casa a festejar con tus hermanas y con tu mamá que va a estar más contenta que nosotros dos juntos cuando se entere”.

Ambos se fundieron en un abrazo largo y se fueron para la casa. Al llegar y con la noticia bajo el brazo, todos cenaron la especialidad de la casa, las empanadas caceras de María. Todos estaban muy felices, hasta los pequeños hermanos de Agustín que no entendían lo que pasaba pero percibían el buen ambiente familiar.

Ya eran las 10 de la noche y todos se fueron a dormir para levantarse al otro día. Una nueva semana de trabajo y clases iba a empezar.
 Eran las cuatro de la mañana y todos estaban durmiendo. De repente, Agustín escuchó a su mamá gritar. Rápidamente se levantó y se fue corriendo para el cuarto de sus padres. Y allí vio lo peor. Sus ojos se llenaron de lágrimas al ver a su padre muerto de un ataque al corazón en la cama. A partir de ese momento, su mundo y todas sus ilusiones se desvanecieron. Sin saberlo, su vida y la de toda su familia íba a cambiar para siempre.

3 comentarios:

  1. muy bueno che..
    juancho!

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  2. felicitaciones por la historia. un saludo grande, Marcelo.

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  3. nooooooooo cómo se va a morir el padre!!!?? muy buena, ya quiero saber cómo sigue!!!
    besos
    Pau

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