7.03.2010

Capítulo 7

A medida que se acercaba a la cancha de Boca el colectivo se iba llenando de gente que también iba a ver el partido, por lo que la media hora que faltaba para llegar pasó rápido entre bromas que tanto Agustín y Jorge se hicieron sobre la posibilidad de que Agus ganara el concurso y algún que otro cantito Xeneize entonado por los que se habían sentado en el fondo.

Casi todos los pasajeros del colectivo bajaron en la Boca. Como era costumbre, los dos caminaron las cuatro cuadras que los separaban de la cancha charlando sobre el posible equipo titular y especialmente sobre los dos grandes ídolos de Agustín, Palermo y Riquelme.

Agustín y Jorge llegaron al sector del estadio donde siempre iban. La cola era bastante larga y para sorpresa de Agustín absolutamente todos los que esperaban para entrar hablaban del concurso. La ilusión para los hinchas era máxima, y todos creían tener chances de ganar. El partido parecía estar en segundo plano, más allá de que Boca estaba segundo a 2 puntos de River con pocas fechas para terminar el torneo.

Al escuchar a todos hablar del sorteo, la gran esperanza de Agus cayó en picada. Por fin se había dado cuenta de la magnitud del concurso y de toda la gente que se había inscripto, incluso también a todos los hinchas del interior del país que no estaban en la cancha.

La ilusión se desvanecía a medida que Agustín se acercaba a la entrada de la tribuna popular de Boca, donde frecuentemente se ubicaban los dos. El sueño que había tenido con su papá y su propio sueño parecía que se habían terminado al llegar a la tribuna.

Las banderas, los bombos y el canto de la gente generaban en Agustín una música indescriptible, por lo que Agus se propuso disfrutar del partido y de la posibilidad de quedar puntero si River perdía contra Rosario Central, sin importarle ya el concurso. Él estaba seguro de que no iba a ganar.

El resultado de la convocatoria se iba a dar a conocer en el entre tiempo. Pero poco le interesaba a Agustín. Lo único que él quería era ver un pase de Riquelme hacia Palermo y gritar un gol del Titán para acercarse a la punta del campeonato.

Los equipos ya habían salido a la cancha y la recepción para el Xeneize fue como siempre increíble, con una lluvia torrencial de papelitos que cayeron desde los cuatros costados de la cancha.

El partido ya estaba por empezar, y cantando como siempre Agustín solo quería ver al club de sus amores. Para el sorteo solo faltaban cuarenta y cinco minutos.

Pitazo del árbitro. El partido ya estaba en marcha.

6 comentarios:

  1. Vamos Pedro...!!!

    Terrible lo del padre de Agustín, pero ahora se viene lo mejor.

    Dale que me gusta mucho.

    Tiene mucho sentimiento.

    Un abrazo y seguí metiéndole.
    Jorge

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  2. lastima el equipo que elegiste

    nacho

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  3. y que pasoo¿?¿¿¿ dale aguss

    lucas

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  4. Mañana ya esta listo el capitulo VIII!

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  5. cuanta esperaa!!!ponete las pilas

    queremos mas capitulos

    el diente

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  6. para cuando los tenes listos?

    juancho

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